La flora vaginal está constituida principalmente por lactobacilos que contribuyen a mantener el equilibrio de la zona, un pH adecuado y una correcta lubrificación. Este equilibrio se puede ver alterado por diferentes razones: desde un embarazo, a un tratamiento con antibióticos, el uso de anticonceptivos orales, provocando una disbiosis bacteriana, que favorece que sean más frecuentes las infecciones oportunistas.